En Coches.com no podemos negar que estamos teniendo un verano de lo más movidito, examinando para vosotros algunos de los deportivos más atractivos del panorama actual. Empezamos con un bonito y rápido descapotable como el Mercedes-Benz SLK 250 CDI, sorprendente por su motorización diésel, para continuar la semana pasada con un auténtico y radical biplaza a la antigua usanza, como es elNissan 370Z Nismo. En esta ocasión le llega el turno al BMW M235i Coupé, la interpretación de la marca bávara de lo que debe ser un pequeño y prestacional coupé, capaz de hacer sonrojar a algunos de los mejores deportivos del momento.
Y todavía no hemos acabado, pues en entregas sucesivas analizaremos la versión de calle de un vehículo ganador del WRC y otro modelo que ha batido el record entre los tracción delantera en uno de los más espectaculares y difíciles circuitos del mundo… Así que no os olvidéis de seguirnos durante estos días de estío y descanso vacacional…
Pero ahora centrémonos en el vehículo que nos ocupa esta semana, el BMW M235i Coupé que, a pesar de la letra que precede a su denominación, no debe llevaros a engaño pues no se trata de un modelo M en toda regla, sino una versión especial salida de las dependencias de BMW M Performance… Esto significa que aunque se han mejorado diversos aspectos del chasis, el propulsor o la transmisión, amén de los cambios estéticos más evidentes, sigue manteniendo gran parte de la facilidad de uso y de las comodidades que siempre caracterizan a las berlinas de la marca de Múnich, sin por ello mostrarse tan radical como los productos firmados por BMW Motorsport.
Tras nuestras primeras impresiones en la presentación estática de esta nueva Serie 2 de BMW y la pequeña toma de contacto que realizamos semanas después, había llegado el momento de probar en profundidad su máximo exponente (de momento, hasta la llegada del futuro M2…), encarnado en este BMW M235i Coupé. Así que estas son nuestras impresiones tras disfrutar durante toda una semana de este pequeño deportivo germano:
Exterior
Como ya hemos repetido en diversas ocasiones, BMW está llevando a cabo una profunda reestructuración de modelos y denominaciones con el fin de ofrecer a los usuarios exactamente el vehículo que reclaman, estando presentes en todos y cada uno de los nichos de mercado. A la hora de elegir estas nomenclaturas se decidió que las series pares estarían destinadas a designar los modelos más deportivos de cada segmento. Por lo tanto la nueva Serie 2 sería la encargada de representar a los vehículos más dinámicos entre los compactos, hasta ahora simbolizados por el Serie 1 Coupé.
El nuevo modelo aunque parte de su misma plataforma, ha aumentado 72 mm en longitud hasta alcanzar los 4,432 metros y 32 mm en anchura para obtener un total de 1,774 metros, a la vez que también crece la distancia entre ejes en 30 mm para situarse en 2,690 metros. Al mismo tiempo la altura se ve reducida en 5 mm, obteniendo una cota de 1,418 metros. Por lo tanto tenemos un vehículo ligeramente más largo, ancho y más bajo, con lo que se presenta mejor asentado sobre el asfalto, con la consiguiente mejoría en el aparatado dinámico que ello representa.
Pero no sólo han variado las cotas generales, su diseño ha dado un considerable paso adelante, dondela aerodinámica juega un papel determinante, y sus formas se acercan a las alabadas líneas de las gamas superiores, continuando con la elogiada estirpe de coupés de la firma germana.
Y, claro está, todos estos rasgos se han visto notablemente remarcados en esta versión que ha recibido el toque de BMW M Performance para convertirla, por el momento, en su tope de gama. Rasgos que se conjugan magistralmente con el color de nuestra unidad de pruebas, denominadoMelbourne Rot metalizado para dotarle de una apariencia muy deportiva, pero al mismo tiempo elegante, sin caer en grandes estridencias. Nada que ver, por ejemplo, con el Nissan 370Z que probamos la semana pasada…
El frontal adquiere tintes muy dinámicos gracias al nuevo paragolpes, dotado de tres aberturas de refrigeración de considerables dimensiones. Asimismo no podía faltar la típica doble parrilla de la marca bávara, sus característicos riñones, que ahora parecen salir hacia adelante. Están formados cada uno de ellos por un total de 8 lamas negras verticales, rodeadas por un perfil cromado. Con todo ello el enfriamiento de los órganos mecánicos y del aire de admisión están completamente garantizados. A lo que hay que sumar el sistema Air Curtain que canaliza el aire desde dos entradas verticales en los extremos de las grandes tomas laterales hacia los pasos de rueda delanteros, minimizando las turbulencias de aire.
Los grupos ópticos delanteros adoptan nuevas y afiladas formas, mucho más afortunadas que las de la Serie 1, aunando en un solo conjunto todas las funciones de iluminación (luces de día de tipo LED, bi-xenón para cruce y carretera, además de los intermitentes).
La vista lateral es donde mejor apreciamos las diferencias del nuevo estilo de diseño que BMW ha establecido para esta Serie 2, con las líneas típicas de un coupé de la marca. Destacan los tres volúmenes claramente definidos, con una silueta baja, una cintura alta, un largo capot, una línea de techo convenientemente curvada que desciende para unirse suavemente con el maletero, y todo ello para alcanzar en esta versión un coeficiente aerodinámico de 0,33 (algo superior al 0,29 de, por ejemplo, el BMW 220i Coupé).
No podían faltar las grandes puertas sin marco, con espejos de considerables proporciones en colorFerricgrau donde se incluyen los intermitentes, el montante B disimulado (pintado en negro), elanagrama M, las suspensiones rebajadas o las llantas de aleación específicas de esta versión, de 18 pulgadas de diámetro y 5 radios dobles (modelo 436 M), sobre las que se montan unos pegajosos neumáticos Michelin Pilot Sport en medidas 225/40 R18 88Y en el tren delantero y 245/35 R 18 92Yen el posterior. A través de dichas llantas se deja ver el sistema de frenos deportivos M, con pinzas fijas de cuatro pistones delante y de dos pistones detrás, pintadas en un llamativo color azul.
La zaga manifiesta también esa deportividad buscada, donde resaltan los grupos ópticos en forma de “L” con todas sus funciones encomendadas a elementos LED, que enmarcan el portón que da acceso al maletero y donde se sitúa la matrícula y las siglas que identifican a esta singular versión. Se le ha dotado, además, de un pequeño deflector que prolonga la tapa y mejora la circulación del aire en esa zona, tal y como se ha probado en el túnel de viento.
Pero sobre todo hemos de destacar, al igual que ocurría en la parte delantera, el nuevo paragolpescon formas específicas encargadas de remarcar su dinamismo, con una zona inferior pintada en color Dark Shadow en la que se encastran dos tubos de escape, no especialmente llamativos por su tamaño y por su tonalidad negra, pero sí por el rotundo sonido que dejan escapar a la hora de acelerar.
Interior
Una vez abrimos la puerta sin marco, podremos colocar nuestras posaderas en unos asientos deportivos de buena factura y forrados en cuero de excelente calidad, situados muy cerca del suelo. Su regulación eléctrica nos permitirá encontrar rápidamente la postura más adecuada para conducir pudiendo, incluso, ajustar a nuestro gusto la longitud de la banqueta y la sujeción de los apoyos laterales. Todo destinado a que nuestro cuerpo esté perfectamente sujeto cuando decidamos dar rienda suelta a la caballería de este BMW. Pero es que, además, estos asientos resultan muy cómodos en viajes largos y nos sentiremos como si viajásemos en cualquier berlina de la marca bávara.
Hay espacio suficiente para ambos ocupantes de las plazas delanteras, tanto en longitud como anchura, y esto tiene que ver con el ligero aumento, anteriormente citado, en las principales cotas de esta Serie 2, respecto al Serie 1 que le sirve como base. Lo que significa que se dispone de 6 mm de distancia adicional entre las cabezas de los ocupantes de las plazas delanteras y el techo, además de21 mm extra para las rodillas de aquellos que viajen en las plazas traseras.
El acceso a la parte trasera se realiza basculando y deslizando hacia adelante los asientos delanteros, maniobra que se realiza de manera mecánica y en pocos instantes. El hueco es suficiente para que incluso los adultos que tengan peor forma física puedan entrar fácilmente. Sus únicos dos ocupantes gozarán de una aceptable cota de anchura, pero viajarán algo más justos en lo que a la altura se refiere, debido a la fuerte inclinación del techo en esa zona, de forma que si mides más de 1,75 metros te encontrarás fácilmente rozándolo con tu cabeza… Además tampoco es excesivamente buena la sujeción lateral que proporcionan dichos asientos, por lo que los pasajeros se tambalearán más de lo necesario cuando se practique una conducción deportiva.
Cuando nos situemos correctamente sentados en el puesto del conductor podremos observar ya más detenidamente todo lo que se encuentra ante nuestra vista. Aquí no hay grandes sorpresas, con un diseño ya conocido entre las últimas creaciones de la firma muniquesa.
Como ya es costumbre en BMW los principales elementos del puesto de conducción están orientados hacia el conductor y garantizan de esta forma un rápido control por su parte. El diseño del salpicadero está compuesto por sucesivas capas, que se superponen unas a otras, ofreciendo una sensación de profundidad bastante conseguida. La calidad de los materiales y sus ajustes son los típicos de BMW, es decir, excelentes; aunque no nos ha gustado tanto la textura de algunos plásticos en las zonas menos visibles, demasiado comunes para tratarse de un vehículo Premium de este nivel.
Nuestra unidad al contar entre sus opciones con el Navegador Professional disponía de una gran pantalla de nada menos que 8,8 pulgadas presidiendo la consola central en la que se muestra una ingente cantidad de información tanto de los más variados parámetros del vehículo, como del navegador o del sistema multimedia. Afortunadamente la labor de saltar entre unos y otros se ve facilitada por la presencia del mando iDrive, situado en la consola central, que además cuenta con una superficie táctil para permitirnos introducir indicaciones de manera sencilla.
Justo debajo encontramos los aireadores centrales, que rodean al pulsador de los intermitentes de emergencia y al de bloqueo de las puertas. Y, si seguimos descendiendo, nos toparemos con el resto de controles del sistema multimedia y los mandos de climatización, de fácil e intuitivo manejo gracias a la información presentada en su pequeña pantalla central.
Si continuamos nuestro recorrido, ahora por el túnel central, hallaremos una pequeña guantera apta para guardar pequeños objetos (el mando del garaje, unas llaves, etc.) y junto a ella unos posavasos extraíbles donde llevar el móvil o una pequeña botella de agua, por ejemplo.
Pero ahora viene lo más significativo de esta zona que no es sino la palanca que controla la excelentecaja de cambios automática Steptronic de ocho velocidades, en su variante más deportiva. Desde ella podremos decidirnos por un uso automático o bien manual, además de contar con un modo Sport que nos permitirá actuar bien sobre la propia palanca o a través de las levas situadas detrás del volante.
A su lado se sitúan la tecla que desconecta el control de estabilidad, la que activa/desactiva el sistema de ayuda al aparcamiento y el mando del Driving Experience Control, desde el que pueden modificarse la respuesta del acelerador, dirección, caja de cambios automática así como de la amortiguación. Cuenta con los modos ECO PRO, CONFORT, SPORT y SPORT+ de los que hablaremos más adelante.
Inmediatamente detrás tendremos acceso al mando iDrive y la palanca del freno de mano, de tipo mecánico. Mientras que un amplio reposabrazos que ejerce al mismo tiempo de guantera, donde colocar los objetos de uso más común y que no queremos que estén a la vista, culmina esta zona.
Nos centraremos ahora en el puesto de conducción, en el que pasaremos incontables horas de disfrute. El volante M es sencillamente perfecto por grosor, acolchado y tacto de piel. Incluye en sus brazos horizontales las teclas que permiten gobernar las funciones de teléfono, voz y audio, así como el control de crucero. Justo detrás se sitúan las levas para el manejo manual del cambio Steptronic de 8 velocidades. Éstas giran solidarias con el volante, pero gracias a su buena ubicación y generoso tamaño son más fáciles de accionar que en otros deportivos de la competencia. Las piñas de mandos ofrecen el exquisito tacto y solidez que disfrutamos en todos los modelos de la firma germana.
El cuadro de relojes destaca por su sencillez, con dos grandes esferas destinadas al cuentarrevoluciones y al velocímetro, que albergan en su interior otras más pequeñas destinadas al nivel de combustible y al consumo instantáneo (además de la recarga de la batería). Las grafías son específicas de esta versión, con las escalas y los números de color rojo. En el centro de ambas se sitúa una pequeña pantalla multifunción donde se nos mostrarán la temperatura exterior y las funciones del ordenador de a bordo (kilometraje recorrido, consumos, medias, temperatura ambiente, etc.) Por supuesto no pueden faltar innumerables testigos luminosos que nos advertirán de cualquier incidencia.
El arranque y parada del propulsor se efectúa por botón, el cual está situado a la derecha del cuadro de relojes, en una ubicación de difícil visualización, al quedar completamente escondido tras el aro del volante. Una vez acostumbrados ya sabremos que se encuentra ahí…
El pedalier M está realizado en aluminio cepillado y cuenta con un reposapiés del mismo material.
Maletero
El maletero, sin ser un prodigio dentro de su segmento, también aumenta ligeramente su capacidad (concretamente en 20 litros) hasta alcanzar los 390 litros, lo que no está nada mal para un pequeño coupé de algo más de 4 metros de longitud. Su boca no es demasiado amplia, viéndose penalizada tanto por sus formas como por un borde de carga algo elevado. Los bultos grandes no serán bienvenidos, aunque podremos alojar sin agobios el equipaje de sus cuatro ocupantes.
Las formas interiores, aun siendo bastante regulares tienen que lidiar con unos pasos de rueda prominentes que también restan bastantes litros en el cómputo final. A ambos lados se disponen unos pequeños huecos: en uno de ellos, con una red, es donde encontraremos el kit reparapinchazos de turno o el segundo triángulo de emergencia (el primero tiene un hueco específico en el interior del portón), mientras que el otro está libre para almacenar pequeños objetos.
De todas formas si se necesitan transportar bultos más largos siempre se puede recurrir a abatir los asientos traseros en dos partes asimétricas, en una proporción 40/60, aunque opcionalmente se puede adquirir otro respaldo divisible en tres partes (40/20/40). Esta acción se lleva a cabo desde unos mandos ocultos en los laterales de la parte superior del maletero que facilitan enormemente esta labor.
Para aumentar las posibilidades de transporte se pueden adquirir diversos accesorios ofrecidos por la propia marca, como bolsa para esquís o tablas de snowboard, redes de sujeción para el fondo del maletero, etc.
Cuando levantemos la tapa del fondo no hallaremos, como podéis suponer, una rueda de repuesto, sino un panorama singular como es el que corresponde a toda una serie de elementos perfectamente distribuidos para mejorar, aunque sea ligeramente el reparto de pesos general. Allí encontraremos labatería del vehículo, amplificador de sonido, fusibles, etc., pero ningún hueco para ocultar pequeños objetos que no queremos que estén a la vista.
Pronto estará con todos vosotros la segunda parte de esta prueba a fondo del BMW M235i Coupé, donde analizaremos su equipamiento, el increíble motor que lo impulsa y su comportamiento dinámico en las más variadas situaciones. ¡No os la perdáis!
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